Derrotas con honor

En el fútbol de hoy, cuando un club consigue un título ya sea nacional o internacional, normalmente no se debe dar el mérito a lo deportivo. Por lo menos así lo veo yo. Cierto es que para conseguir una gesta tipo Champions, Liga, etc, los jugadores tienen que dar mucho de sí, el entrenador ser una persona muy inteligente táctica y futbolísticamente y tiene que haber un conjunto de cosas positivas dentro de un vestuario, pero, en el fútbol de hoy, los méritos deben achacarse a lo económico, a lo fiscal, a la buena dirección empresarial.

Ahí es cuando el fútbol deja de ser fútbol; cuando el deporte se convierte en negocio.

Es patético sí, más no deja de ser una realidad. No es una competición deportiva entre clubes, es una guerra entre empresas: quién invierte mejor, quién ficha mejor, quién vende más, quién obtiene mayor beneficio en publicidad, marketing, televisión. Es la realidad y no queda otra que aceptarla.

Por ello me sorprende el curioso y maravilloso caso del Portsmouth FC en Inglaterra.

Hundido, destrozado, al borde de la desaparición y con 78 millones de euros en deudas, es el primer club invertenido administrativamente desde que la liga inglesa se juega bajo la tutela de Premier League. La entidad, en bancarrota, tiene que bajar a la First Division. Aún así, los jugadores del 'Pompey', han conseguido una gesta histórica en el fútbol inglés: meter al equipo en la final de la FA Cup. No podrá jugar en Europa por estar bajo intervención pero ha sabido hundirse con honor y gloria.

Esto es uno de los tantos ejemplos que pueden haber, que en el fútbol lo importante son las ganas, el sacrificio, la pasión. La verdad: estos jugadores merecen todo el respeto del mundo.

Se enfrentarán al vigente campeón de liga en el torneo más antiguo de la historia del fútbol.